(4) Vivimos en una sociedad compleja donde existe la oportunidad de estar al tanto de todas las novedades que ofrece la tecnología de última generación como así también de apreciar cómo viven las personas con alto poder adquisitivo.
Se confunde de este modo el Ser con el tener. Se deja de lado la propia individualidad y el propósito en la vida para torcer el destino y pretender ser otro.
La publicidad impulsa a comprar más cosas de las que se necesitan y a gastar más de lo que se gana; y lejos de aceptar el propio cuerpo, la mayoría desea parecerse a los patrones que la moda impone.
La alienación que sufre el hombre moderno lo sumerge en un estado de duda, temor e inseguridad porque ha perdido su propio ser esencial, que es el marco de referencia que necesita para poder vivir en armonía una vida natural.
La alienación es la pérdida de la identidad. Si el hombre no sabe quién es tampoco puede desarrollarse, crecer, ni tener proyectos; y el fracaso, esa experiencia que destruye la autoestima, es el mejor maestro que se necesita para aprender a recuperar el propio camino.
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